Transcrito
Esta fue la obra temprana de mayor circulación sobre el mapudungun. Tanto así que el HMS Beagle en su famosa circunnavegación de 1831–1836 a cargo del Capitán Fitz Roy, llevaba una copia a bordo, junto al joven Charles Darwin.
Su autor es el jesuita catalán Andrés Febres (1732–1790), que llegó al Wallmapu (territorio mapuche) en 1759, a sus 27 años. Llama la atención que el misionero aprendió la lengua, escribió y publicó su gramática en menos de cinco años desde su arribo. Hay buenas razones para sospechar, sin embargo, que Febres ya habría entrado en contacto con la gramática de B. Havestadt (Chilidúģu) – en su versión manuscrita en castellano - con anterioridad a su viaje transatlántico (véase Lenz 1897:XLI-LI y Havestadt 1777:189), además de una copia del Arte de Valdivia (1606). Esto le habría dado un impulso inicial a su proceso de aprendizaje. Dicho esto, la Gramática de Febres se publicó antes de la de su hermano de la orden, sin una sola mención del texto de su predecesor bávaro. Siendo más condensada que la de de Havestadt - y siendo publicada en castellano y no latín - la obra del catalán se usó mucho más ampliamente en la formación de nuevos misioneros. Otro punto en el cual la gramática de Febres sobrepasa a la de Havestadt es en el cuidado de la transcripción de los sonidos, como se deja entrever en los numerosos comentarios de pronunciación y el uso de variados recursos ortográficos y ejemplificación a lo largo de la obra.
Febres se mostró particularmente preocupado por la educación de los mapuche. En una nota que concluye su versión de la Doctrina Crisitana, dice que una de sus intenciones es la de publicar una colección de “Pensamientos” de un tal Padre Bours, en mapudungun “para que los Indiecitos tengan en qué aprender à leer en su misma lengua” (294). Esta colección, se nos asegura, ya había sido traducida al mapudungun por el Padre Juan Ignacio Zapata en el año 1713, pero no parece haber sido impresa ni sobrevivió como manuscrito. A pesar del paternalismo en el lenguaje de Febres, no cabe duda que la idea de enseñar a leer y escribir en su lengua a los mapuche era una noción relativamente progresista para aquellos años.
En otro punto en que Febres muestra su deseo de ejemplificar, es en la publicación — dentro de su Arte – de dos diálogos en mapudungun, uno basado en una conversación relativamente informal (pp.99-145) y el otro a modo de un discurso formal (en este caso un saludo) que él llama Coyaghtun (pp.146–156). Este material provee datos invaluables debido al hecho de que son los primeros textos publicados que intentan reproducir el habla mapuche de manera relativamente natural, en la usanza de la comunidad.
En cuanto refiere a los dialectos que se reproducen en su Arte, Calepino (Vocabulario) y Textos, hay pocos datos explícitos. Una excepción a esta tendencia son los comentarios que preceden al Calepino y que Lenz usa para establecer la cronología de la composición de la obra (Lenz 1897:XXXIII-LI]). Según estos datos, a lo largo de los cinco años que preceden a la publicación del Arte, Febres parece haberse asentado en Angol por dos años y luego en Imperial por tres. En la literatura dialectológica actual, estos lugares pertenecen a las variedades Norte y Central del mapudungun (dialectos II y V, según Croese 1980). Las últimas copias del trabajo probablemente se hicieron en Santiago, mientras Febres trabajaba como profesor en la escuela jesuita local, “San Pablo”. A estas alturas, sin embargo, sería poco probable que el mapudungun se hablara regularmente como variedad nativa del valle del Mapocho, así que dudamos que ella haya influido sobre la obra (excepto quizás a través de la gramática de Valdivia).
En resumidas cuentas, entonces, Febres habría estado expuesto a variedades norte y central del mapudungun. En términos de las formas que nos presenta, vemos que Febres habría estado al tanto de la variación entre〈v〉,〈b〉y〈f〉, las cuales nos dice, “en todo rigor deben estar con 〈v〉 consonante”, sobretodo en las variedades norte, mientras que “mas adentro, hacia Valdivia, la pronuncian fuerte, que se parece mas à la 〈f〉” (p.4–5) es la típica. También menciona que ha tenido que adaptar el sistema ortográfico de los glosarios a los que ha tenido acceso. Uno de estos es claramente el “Vocabulario” de Valdivia, pero Febres nos asegura que ha echado mano a dos glosarios más recientes que no sobreviven hasta nuestros tiempos. Se trata de uno de la región de Angol e Imperial (variedad central), escrita por el Padre Diego Amaya y el otro de la isla de Chiloé (variedad sur o ‘beliche’) escrita por el padre Gaspar López (véase pp:422–423). La naturaleza de estos ajustes y el glosario original del cual cada una de las formas proviene, sin embargo, no se especifican.
La gramátia competa se encuentra disponible a través de la biblioteca virtual del Beagle: Darwin Online
El “Calepino” (Vocabulario) ha sido agregado al CORLEXIM.
Aquí, presentamos versiones paralelas en mapudungun/castellano de los diálogos y de la Doctrina Cristiana.
EPU GHÙLMEN GAÑI DUGULUN / Diálogo entre dos Caciques
Doctrina Christiana en Chilli Dugu
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